Esa, es parte de la historia que nos contó el doctorando en Sociología y Profesor de la Universidad Nacional de San Martin, Waldemar Cubilla, quién dialogó con www.enteratejujuy.com.
Waldemar Cubilla, nació en la Villa “La Cárcova”, en José León Suárez, Buenos Aires. Empezó a robar a los 15 años y, en la cárcel se convirtió en un preso universitario.
“cuando encontrábamos salchichas en la basura hacíamos superpanchos. Era una fiesta”, señaló Waldemar, en alusión a su niñez en la escasez.
Waldemar remarcó que creció en los barrios marginales de Buenos Aires y tuvo un crianza al límite de lo clandestino. Pero siempre quiso estudiar y pese a la situación que lo atravesaba, la idea de dejar la escuela, no estaba en su cabeza. Pero en el encierro, al estar privado de la libertad, las cosas tomaron otra dirección.
“Brindo cátedras sobre justicia de derechos humanos en la Universidad Nacional de San Martin. 10 años de mi vida, quedaron en la cárcel. Estando detenido terminé mi secundario y empecé la universidad”, manifestó Waldemar.
“Me trajo a Jujuy, una temática abordada por la Educación en Contexto de encierro”, remarcó Waldemar, quien estuvo acompañado de la docente Eugenia Mamaní y la Magister Dina Lavanchy.
“En el encierro descubrí que esa no era la vida que quería llevar. Nací con el hambre de compañera y, el ambiente en el que nací no era el propicio para ser un hombre con otro futuro”, señaló, mientras habló con nuestro medio.
En tanto, dejó un mensaje más: “la lectura y la educación, son las que nos ayudan a construir una vida digna”.
Indicó que existe una herencia cultural. “Yo no quería que mis hijos hereden la delincuencia. Y cambié el legado“, dijo.
“Mi mensaje a los padres: No pierdan la esperanza. El amor todo lo puede”, finalizó Waldemar Cubilla.
“Los docentes se preguntan si vale la pena o no, invertir en la gente en contexto de encierro. Yo les digo: la gente necesita un abrazo y un apoyo”, subrayó Cubilla.