La aprobación del nuevo impuesto por parte de los concejales de San Salvador de Jujuy desató un intenso debate en medio de un complicado contexto económico. Esta medida, enviada por la municipalidad, ha generado una gran controversia en la comunidad. Se destaca que los políticos jujeños tomaron la decisión de implementar este gravamen sin considerar la reducción de sus propios sueldos, lo que ha generado descontento entre los ciudadanos.
La propuesta de cobrar una tasa del 1,8% sobre la carga de combustibles líquidos y gaseosos ha sido recibida con fuertes críticas por parte de los residentes de San Salvador de Jujuy. Estos expresan abiertamente su descontento y preocupación ante esta medida, que afectará directamente sus bolsillos. La carga impositiva sobre los combustibles es un tema sensible que afecta a todos los sectores de la sociedad, y en este caso, la reacción de la población ha sido inmediata y contundente.
Las críticas de los vecinos no solo se centran en el impuesto en sí, sino también en la gestión municipal en general. Se cuestiona la transparencia en el uso de los fondos recaudados y se duda sobre si realmente se destinarán a los proyectos y trabajos para los cuales se supone que serían recaudados. Esta falta de confianza en las autoridades locales refleja una profunda preocupación por el manejo de los recursos públicos y la rendición de cuentas.
A pesar de las protestas y las críticas, los concejales de la capital jujeña anunciaron y finalmente aprobaron este nuevo impuesto. Esta decisión, aunque esperada, no ha dejado de generar malestar y descontento en la comunidad, que se ve afectada directamente por esta medida fiscal. La carga del 1,8% por cada litro, fracción o centímetro cúbico de combustible cargado en San Salvador de Jujuy tendrá un impacto significativo en la economía local y en el día a día de los ciudadanos.