SOCIEDAD

Vende maicenas por las noches. El trabajo que dignifica. La cultura del trabajo que muchos predican

Foto: Juan Quispe

Don Carlos, suele sentarse sobre un costado de la vereda (cerca de Gasnor) sobre calle Necochea y casi Independencia, de la capital jujeña. El, u otra familiar, venden maicenas a un precio accesible. También trata de colocar pañuelos descartables, pero tampoco desea interrumpir el pasar de los transeúntes.

Se instala pasadas las 18 hs, y mientras la gente pasa, el ofrece sus productos. El solo busca llevarse el pan para su casa, en medio de complejas situaciones económicas que trascienden a todos.

No es nada nuevo que al paso de los años, es cada vez mas dificil ser tenido en cuenta en un empleo. Pero eso no lo detiene y sale todos los días, a sentarse, haga frío o calor, al costado de la vereda.

La vida de un vendedor ambulante, es relativa en cada uno. Algunos están acompañados, otros están en regla y otros están solos. Para Don Carlos, la venta de sus productos es un logro. Si nadie compra, el no tiene que llevar a su casa. Si vende, las cosas cambian.

En un país que te liquida con los impuestos, hace cuesta arriba el camino para los emprendedores que quieren salir adelante.

Pero eso no detiene a esta hombre, que con una sonrisa, una buena educación, un saludo de paso, brinda una exquisitez para el que desee compartir unas ricas maicenas o regalar un pañuelo descartable.

En un sistema, dónde la cultura del trabajo, del esfuerzo, parece irse perdiendo en algunos sectores, este hombre, vuelve a mostrar la bandera que siempre predicaron los abuelos, acerca de que en la vida, hay que trabajar para llevar el pan a la casa.

 

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