Un adolescente de 16 años, familiar directo del principal sospechoso, declaró en Cámara Gesell y aportó datos escalofriantes que podrían ser clave en la causa. Según su testimonio, Matías Jurado habría descuartizado personas en reiteradas ocasiones. Este lunes, el fiscal a cargo del caso solicitará la imputación formal del detenido y pedirá prisión preventiva.
El perfil del acusado
Matías Jurado permanece bajo custodia desde el pasado miércoles, acusado de homicidio y vinculado con la desaparición de al menos cinco personas. La investigación se intensificó luego de que, durante un allanamiento a su domicilio, se encontraran restos óseos, piel humana y signos evidentes de incineración.
“Por la cantidad de restos hallados y el contexto en que fueron encontrados, estamos ante una causa de extrema gravedad. Todo indica que hubo al menos un homicidio, y posiblemente más”, expresó el fiscal Guillermo Beller, quien encabeza la investigación.
Jurado tiene un extenso historial delictivo. Fue detenido en múltiples ocasiones por robos con violencia, el primero de ellos cuando tenía apenas 17 años. Su última condena data de 2018, cuando fue sentenciado a tres años y cuatro meses de prisión.
Vecinos del sospechoso, entrevistados por El Tribuno, lo describieron como un hombre violento, solitario y temido en el barrio, conocido por sus amenazas constantes, muchas veces con armas blancas.
Un testigo clave
Al momento de la detención, en la vivienda también se encontraba su sobrino de 16 años, quien entró en estado de shock y aportó información estremecedora. En Cámara Gesell, relató que los viernes su tío recibía a personas distintas en la casa, con quienes bebía alcohol, y que él sabía que debía retirarse porque “pasaban cosas malas”.
Según declaró, Jurado descuartizaba a sus víctimas y luego se deshacía de los restos, arrojándolos en descampados o enterrándolos dentro de la misma vivienda.
La “casa del horror”
En menos de 48 horas desde las primeras denuncias, la vivienda fue allanada y se secuestraron herramientas como palas, carretillas, bolsas, ollas y prendas que pertenecerían a las víctimas. Varias habitaciones tenían el piso de tierra, con sectores removidos recientemente, lo que motivó la intervención del Departamento de Criminalística del MPA para peritar el lugar.
Las imágenes difundidas en las últimas horas muestran un espacio devastado: paredes ennegrecidas, objetos calcinados y ambientes visiblemente deteriorados, en lo que parecería haber sido un intento deliberado de ocultar los crímenes y eliminar rastros.
La causa avanza con rapidez, mientras crece la conmoción por la magnitud del caso y las posibles implicancias de los testimonios recolectados.