ER.- Una característica notable del mundo pospandemia ha sido la forma descarada en que los líderes políticos mundiales han seguido promoviendo que las vacunas contra el COVID-19 como seguras. Una rara excepción a este respecto es el Primer Ministro de Eslovaquia, Robert Fico, quien en un reciente discurso parlamentario admitió que las muertes por diversos eventos cardiovasculares en su país han aumentado debido a la vacunación. Al describir las vacunas contra el COVID-19 como “experimentales” e “innecesarias”, Fico ha comprometido valientemente a su gobierno a decirle al pueblo eslovaco la verdad sobre lo que realmente sucedió durante la pandemia.
El discurso del primer ministro eslovaco se produjo sólo unas semanas después de anunciar que su partido político no apoyaría el fortalecimiento de los poderes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la gestión de la lucha contra futuras pandemias. Al explicar esta decisión, Fico afirmó que “semejantes disparates sólo podrían haber sido inventados por compañías farmacéuticas codiciosas, que comenzaron a percibir la resistencia de ciertos gobiernos contra la vacunación obligatoria”. Tras su anuncio, la OMS admitió que los planes para su controvertido acuerdo mundial contra la pandemia corren el riesgo de desmoronarse. Con la ayuda de las enmiendas propuestas al Reglamento Sanitario Internacional de 2005, la ratificación de este acuerdo esencialmente transformaría a la OMS en una dictadura sanitaria global.
Fuente: alertadigital.com