Con 16 provincias que decidieron brindar su apoyo a la lista de Libertad Avanza, el país se pintó de violeta, lila y morado, en una escena, que ni las consultoras pudieron acertar.
Tras una campaña muy corta pero de encuentros televisivos y gran uso de las redes, Javier Milei se impuso sobre el único lugar dónde tuvo la libertad de poder decir y hacer todo lo que los medios tradicionales lo limitarían. Ahí llegó a los jóvenes y ahí explotó.
Con un total de las mesas escrutadas, el libertario se llevó el 30.18% de los votos. Dejando en Segundo Lugar a Juntos por el Cambio y en tercer lugar a Unión por la Patria.
De esta manera, lo que se venía diciendo entre pasillos, fue más fuerte que los números que manejaban las agencias de encuestas privadas y públicas.
Sorpresivamente, el humor de los argentinos viene en un proceso diferente. Esta vez, si usa su enojo para decidir sobre su vida.
El voto castigo no va solo. Es un voto castigo pero consciente. Se sabe por que se vota a tal candidato. O, tal vez, sentencian muchos, hoy los argentinos, encontraron al fin, a alguien a quién votar