La realidad termina venciendo los relatos. Este redactor, no hace más que escuchar y observar los discursos presidenciales y no hay alguno que haya podido ir contra el Goliat que somete cada día a los argentinos. La pobreza a algunos les a servido para ganar elecciones, a otros, para castigar al contrincante por los números que dejó o que tiene en su gestión.
La pobreza pasó de ser algo terrible, a un porcentaje para medir a las personas. Eso, la persona pasó a estar en segundo lugar y tomó mas identidad su ESTADO DE INGRESOS.
Triste realidad pero no hay otra. Todos desconocemos el camino que viene. Algunos profetas señalan que camino y fin tiene todo, otros estamos en el barco que viene con un río tempestuoso.
Ya los discursos no llenan. La falta de dinero agota cualquier cabeza y estado físico.
No todos la padecen, pero para el que la vive, es algo que desea pase rápido.
Profesionales y no profesionales, hablan de ella. No con orgullo, sino con mucho sentimiento de bronca y decepción. Pero convive en muchas casas.
Ojalá alguien tome en serio lo perdido en estos años y pueda brindar un repentino cambio de dirección a este barco que hace rato no se sabe su destino.