La otra mirada de una censista jujeña: “Las cosas que pasamos los CENSISTAS”
Foto: Juan Quispe
Luego de los diferentes planteos que se generaron en la agenda de la sociedad por el censo 2022, algunas dejaron enunciados para el análisis. Por un lado, los que si fueron censados y sus puntos de vista. Y los que no fueron censados y, también sus puntos de vista, generó debates, sobre todo en las redes sociales, y fuertes descargos de todas posiciones encontradas.
Una censista jujeña, Anita Irahola ( nos autorizó a colocar su nombre), también se sumó a dejar su experiencia al recorrer el barrio Alto Comedero, en la capital jujeña: “Esta mañana revisando las redes sociales me doy con un montón de quejas hacia los censista así que como fui una de ellos voy a contarles unas cositas.
Empecé la jornada a las 5am. para desayunar porque tenía que estar a las 7:30 en la escuela 444 en Alto Comedero, el cole nunca llego así que tuve que irme en un remis que me cobro Tarifa doble por el” feriado” que me costo 600$ para llegar a tiempo.
Pensé que me iba a tomar 5 horas censar a 32 viviendas, porque me tomé el trabajo de ir a hacer un día antes el recorrido para no andar perdida cuando corresponda.
Entonces dije en mi supuesta planeación, pararé un rato me voy a comer algo, hago un según recorrido por las familias que no estuvieron a la mañana y listo a las 18 vuelvo a la escuela para cargar datos y a casita. Eso era lo planeado en mi cabezota.
Nooooo la dura realidad siempre es otra….
Eran las 16 hs, recién había censado 18 familias, apenas tome agua, la aplicación nunca funcionó, solo 3 personas hicieron el virtual, el lugar donde me toco era un asentamiento donde no tenían ni número de casa y menos de calle, en cada lote había 2 o 3 familias. Volví a las 20:30 hs a la escuela a controlar que mis planillas estén correctas y nada de mi supuesto orden estaba ordenado, porque el andar a pie con 80 fichas, un lápiz y una goma, es mas costoso.
Conclusión, terminé totalmente rota con dolor de brazo por sostener la tablilla con la planillas, la muñeca dolorida de tanto poner x , los pies rendidos de no descansar por 19 hs, con frío, con hambre. Estaba tan cansada que cuando llegué, no me importo el hambre, la ganas de pegarme un baño, ni nada qu,e me desmaye en la cama.
De esta manera, la censista, al contar su experiencia, quiso demostrar que muchos de ellos si recorrieron los lugares indicados y si hicieron su trabajo tal cual, se habían comprometido.