Las estremecedoras escenas corresponden a la investigación que se desarrolla en Jujuy, en torno al presunto asesino serial de Alto Comedero.
De acuerdo con la reconstrucción elaborada por los investigadores y los diversos testimonios recolectados, el accionar de Matías Jurado respondería a un patrón sistemático que encendió las alertas de las autoridades, sugiriendo la presencia de un asesino serial.
Según esa línea investigativa, Jurado habría elegido los días viernes para acercarse a sectores frecuentados por personas en situación de calle. En esos encuentros, les ofrecía trabajos ocasionales —como changas en la terminal de ómnibus— o bebidas alcohólicas, logrando persuadir a sus víctimas para que lo acompañaran hasta su vivienda, ubicada en el barrio Alto Comedero.
Una vez en el domicilio, el joven de 16 años que convivía con él, y que resultó ser su sobrino, solía retirarse. En ese contexto, las víctimas quedaban a solas con Jurado, y según las sospechas de la fiscalía, eran sometidas y posteriormente descuartizadas. Algunos restos eran enterrados en el fondo de la vivienda, otros incinerados para dificultar su identificación, y parte de ellos desechados en bolsas de consorcio en basurales de la zona.
Durante el allanamiento, los peritos hallaron elementos clave que reforzaron esta hipótesis: palas, carretillas, ollas, bolsas plásticas y zonas del suelo recientemente removidas.
El fiscal general, Sergio Lello Sánchez, indicó que la causa se inició formalmente el miércoles, luego de que el análisis de cámaras de seguridad permitiera identificar a un sujeto relacionado con una de las personas desaparecidas. “Tenemos indicios firmes, aunque aún resta acreditar algunas pruebas”, sostuvo.
Gracias a esa identificación, se allanó el domicilio del acusado, donde fue detenido junto a su sobrino, quien permanece bajo contención y acompañamiento por parte de la Secretaría de Niñez.