No es ingenuo el centralismos de los medios a la hora de posicionar un tema de agenda para tapar otros que suceden. A lo largo de la vida, suele pasar. El caso de Insaurralde deja en evidencia el daño que hacen los políticos a la gente. Pero también deja en evidencia, como se usa ello, para armar un escándalo y convertirlo en noticia, y tapar así, el hambre y la escasez de los argentinos.
Aunque cada vez el ciudadano está más crítico, el cansancio laboral y por otras exigencias, este termina no creyendo todo lo que le dicen. Pero, como es tanta la insistencia temática que se instala que, no puede esquivar el golpe.
Por ahora, lo que si se sabe, es que las cosas básicas y no básicas, no paran de elevarse. ¿Mejorará? Sólo Dios sabe.