SOCIEDAD

“Tengo cáncer terminal. Y quiero vivir lo que me queda, dejando recuerdos mediante mis viajes”

Foto: Kris Sokolowski

Kris Sokolowski siempre ha sido activo, pasando su tiempo libre escalando montañas, corriendo y practicando artes marciales.

Sokolowski fue a que lo revisaran y le dijeron que probablemente era reflujo ácido. Le dieron unas pastillas y lo enviaron a casa. Un par de días después, la sensación de gorgoteo seguía presente, por lo que buscó más atención médica y una exploración, después de lo cual le dijeron que fuera a ver a un gastroespecialista de inmediato.

El médico de Sokolowski le dijo que tenía una “gran masa” en el colon y el hígado y que sospechaba que tenía cáncer en etapa cuatro avanzada. La etapa cuatro es la más avanzada del cáncer y generalmente significa que se ha propagado desde su origen.

“Mi primera reacción fue: ‘¿Cómo puede suceder esto? Nunca falté a una cita'”, recuerda Sokolowski.

Pero a los 48 años, Sokolowski no había tenido la edad suficiente para las colonoscopias regulares recomendadas en Estados Unidos (desde entonces, la edad se ha reducido a 45). Y hasta la sensación de gorgoteo, no había experimentado ningún síntoma.

Una resonancia magnética, una colonoscopia y una muestra de tejido confirmaron lo peor: Sokolowski tenía cáncer de colon en etapa cuatro.

“La resonancia magnética lo mostró en seis lugares de mi cuerpo”, dice Sokolowski. “Así que fue mi colon, mi hígado, mi esternón, mi columna vertebral, mis ganglios linfáticos y las paredes de mi abdomen”.

Los oncólogos le dijeron que no había cura para su condición.

“Me dieron una esperanza de vida de entre dos años y medio y cinco años de vida”, dice.

Sokolowski, con sede en Atlanta, es el hijo estadounidense de primera generación de dos inmigrantes polacos. Dice que su amor por los viajes proviene de los muchos veranos de su infancia que pasó en Polonia. Cuando tenía 20 años, comenzó a viajar siempre que podía, explorando Europa con regularidad.

Cuando Sokolowski conoció a su esposa Elizabeth en sus treintas, los dos se dieron cuenta de que estaban unidos por la sed de ver el mundo. Esa primera cita en Sudáfrica selló el trato y la pareja se casó seis meses después.

“Cuando nuestro hijo nació un año después, en 2010, nos comprometimos a sacarlo del país todos los años”, dice Sokolowski.

“No sé cuánto tiempo me queda en esta tierra, pero quiero dejar atrás gratos recuerdos de viajes y un legado en el que mi hijo pueda hacer que nuestro planeta sea un poco mejor”, afirma.

Su esposa, Elizabeth, le dice a CNN Travel que tiene la misma perspectiva. “Necesitas vivir tu vida, solo tienes una vida”, comenta. “Los recuerdos son realmente lo que te hará feliz al final”.

Sokolowski agrega: “Lo único que siempre le he dicho a la gente es que salgan de su burbuja, salgan de su ciudad y vayan a conocer el mundo”.

Fuente: CNN

 

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