Franco Taraborrelli, gerente general de Ituran Argentina, comentó que “está comprobado que cuando un conductor mira el teléfono durante tres segundos, circulando a 40 km/h que es la velocidad máxima permitida en una calle, recorre 33 metros a ciegas, según diversas investigaciones. Esto equivale a casi media cuadra con los ojos cerrados, aumentando la posibilidad de tener un accidente”.
Sin embargo, el uso del celular conduciendo genera un elevado riesgo de distracción. Según el estudio del ISEV, “tras un minuto y medio de hablar por el celular (incluso con manos libres) el conductor no percibe el 40% de las señales, su velocidad media baja en un 12%, el ritmo cardíaco se acelera bruscamente durante la llamada y se tarda más en reaccionar”. Algunos estudios comparan la peligrosidad del uso del celular al conducir con la conducción con exceso de alcohol. Un alto porcentaje de conductores, entre un 30% y un 50%, no percibe este riesgo.
Si bien en la Argentina el uso del celular al volante está penado por la Ley de Tránsito N° 24.449, su uso se identifica como la causa más frecuente de distracción entre los conductores. De acuerdo con un estudio llevado adelante por la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), el porcentaje de distracción al volante a nivel nacional creció y es el uso del celular el que se lleva la mayor parte con un crecimiento del 27%.
Esto hace necesaria la sensibilización de los conductores en varias direcciones. Por ejemplo, “en disuadir a los usuarios de llamar o contestar el celular mientras conducen, desistir de realizar una llamada a quien se sabe que va conduciendo y comprender que como peatones abstraídos en la conversación también caminamos ajenos a los riesgos viales”, explicó Eduardo Bertotti, director del ISEV.
Ceguera
“Cada una de las acciones que quitan la vista del camino impactan en la capacidad del cerebro del conductor para concentrarse al volante. Como resultado, cuando se usa el celular, la persona pierde señales importantes y se enfrenta a peligros durante el trayecto, tiene una respuesta y tiempos de reacción más lentos y es cuatro veces más propensa a estar involucrada en un accidente. Al hablar por teléfono, los conductores pueden observar el entorno que los rodea, pero no pueden ver o procesar la mitad de la información. A esto se le llama ‘ceguera por falta de atención’. Desafortunadamente, las personas no se dan cuenta de que simplemente no están tan atentos como deberían”, señalaron desde la empresa. Además de enfatizar el rol de la educación vial, la empresa especialista en desarrollo de soluciones tecnológicas ofrece el servicio de asistencia ante urgencias Ituran Emergencia.
A su vez, en Ituran explicaron que “los estudios también muestran que el cerebro humano no es capaz de realizar múltiples tareas. Al intentar realizar dos tareas cognitivas al mismo tiempo, como conducir y hablar por teléfono, el cerebro realmente cambia de un lado a otro. Hace esto tan rápido que parece que podemos realizarlas en simultáneo, pero esto en realidad disminuye nuestro enfoque, el nivel de atención y los procesos de toma de decisiones”.
Fuente: todo riesgo