INTERIOR

En el 2014 la educación Argentina no era prioridad, sino la inseguridad y la inflación. Hoy, mucho no a cambiado

Foto: Facebook

En el año 2014, Marita Carballo, había escrito en el diario “la nación”, sobre una realidad Argentina. Marita señaló que en los últimos 30 años, la agenda de los argentinos ha girado en torno de tres ejes: inflación, desempleo e inseguridad. La educación no constituye un tema prioritario en la lista de los principales problemas de la sociedad. Este dato de la realidad muestra la necesidad de reposicionar la demanda de una educación de calidad.

Para el 2014, remarcó que la agenda de los argentinos está dominada por los problemas de la inseguridad, la inflación y la corrupción, que en conjunto son prioritarios para seis de cada diez personas. Les siguen los problemas de las drogas y del desempleo. Para la mayoría de los ciudadanos, sus principales preocupaciones tienen que ver con asuntos que requieren respuestas y gestos políticos inmediatos.

Esto para nada se aleja de los pedidos actuales. Pedidos que van dejando en una posición lejana, a la formación académica para poder priorizar el modo de vida actual, que prosigue en el 2022.

Morita manifestó: “por esta razón, no sorprende que la educación aparezca en séptimo lugar, asomando como prioridad sólo para uno de cada veinte argentinos. Hoy es difícil para los ciudadanos pensar en el largo plazo y darles prioridad a proyectos que requieren una planificación que debe ir más allá de uno o dos períodos de gobierno –como sería el caso de un proyecto educativo– y cuyos efectos no siempre se ven en el corto plazo. El agravamiento de los problemas urgentes ha desplazado la trascendencia de la educación.

Quienes conducen en democracia suelen preocuparse por lo urgente y por lo que da réditos electorales inmediatos. Por eso se requiere una opinión pública consciente de la importancia de la educación para que el gobierno que la representa le otorgue prioridad al tema”

Pero en esta comparación del 2014 al 2022, tras la pandemia, vuelve a repetirse el mismo patrón. La inflación y la inseguridad siguen en el pedido general y sumándole lo económico. Pero la educación, vuelve a su vez a quedar relegada en el puesto no urgente.

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