La llegada del presidente argentino a Jujuy, dejó muchos títulos, para una jornada dónde Jujuy se encuentra convulsionada, con las protestas.
Si bien, en la agenda pública, se esperaba a un mandatario, que llegara a Jujuy para avanzar con noticias para alivianar el caos de la suba de precios y los magros salarios, la realidad fue otra.
La visita presidencial, sólo fue para acompañar a la ex dirigente de la Tupac Amaru, Milagro Sala.
Si bien la imagen presidencial que se genera, ya muestra ciertos quiebres, y que además no tiene una relación buena con el gobernador Morales, la mínimo que se esperaba en la provincia, era algún aire de respuesta. Pero núnca llegó.
Frases como “No vine por los aplausos, vine para que la justicia jujeña y argentina, dejen de perseguir a Milagro Sala. Para que cumplan lo que dice la Corte Internacional, a la cual adherimos”, dejaron a un Alberto Fernández, muy lejos de los reclamos que no paran en la provincia.
Si bien existen dos miradas muy fuerte sobre el caso Milagro Sala, respecto a los que la acusan notoriamente (sobre todo en Jujuy) y el otro sector que la defiende (más fuera de Jujuy), la real es que no sumó para nada a las respuestas que necesitaban los jujeños en su gran mayoria, en el estado en que se encuentra.