Cada día se viralizan por las redes sociales, más videos sobre escenas de alumnos y alumnas que se violentan en las puertas de las mismas o fuera de ellas. Las denuncias van acompañadas de videos grabados por los mismos compañeros, quienes son en parte espectadores o informantes sobre esta realidad.
Establecimientos públicos y privados, no escapan de estas escenas que comprometen la vida.
Dentro de la comunidad educativa jujeña, esto parece a veces desbordarse e irse del control de los responsables. La comunidad educativa no es sólo la escuela, sino involucra en parte a la familia, docentes, funcionarios del ministerio de educación, directivos, ciudadanos en común, etc.
Lo cierto es que las denuncias que se realizan por esta temática en las distintas comisarías, son un ínfima parte, de la cantidad de hechos que realmente suceden.
Una madre se acercó a nuestro medio para indicar que su hijo había sido golpeado a tal punto que tuvo que cambiarlo de escuela.
En tanto, también, una variable que aparece es lo que ocultan las escuelas, los padres y el silencio de aquellos que saben o no que hacer.
Por ahora, es indispensable volver a trabajar y hablar sobre esta situación que afecta y crece en los estudiantes jujeños.
“SI hay violencia en casa o se esta consumiento violencia de algún lado, se reproducirá en más violencia”, indican los especialistas.
